Metas internacionales de VIH 95 95 95

Jesse Maid

12/6/20212 min leer

El VIH es una de las mayores preocupaciones de salud global, y para abordar esta epidemia, se han establecido metas internacionales para combatir la propagación del virus. Estas metas tienen como objetivo reducir la incidencia del VIH y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

Las metas 95-95-95 son una de las estrategias clave para lograr estos objetivos. Estas metas se refieren a alcanzar los siguientes hitos para el año 2030:

  1. 95% de las personas con VIH diagnosticadas: Esto implica que el 95% de las personas que viven con el VIH deben estar al tanto de su estado serológico. El diagnóstico temprano es fundamental para acceder a la atención y el tratamiento adecuados, así como para prevenir la transmisión del virus.

  2. 95% de las personas diagnosticadas con VIH en tratamiento: Una vez que una persona fue diagnosticada con VIH, es esencial que reciba tratamiento antirretroviral de por vida. Esto no solo mejora su salud y calidad de vida, sino que también reduce significativamente el riesgo de transmisión del virus a otras personas.

  3. 95% de las personas en tratamiento con carga viral suprimida: El tratamiento antirretroviral no solo ayuda a las personas con VIH a vivir una vida saludable, sino que también reduce la carga viral en su cuerpo. Una carga viral suprimida significa que la cantidad de VIH en la sangre es tan baja que se vuelve indetectable, lo que a su vez reduce drásticamente el riesgo de transmisión.

Estas metas son fundamentales para reducir la incidencia del VIH y lograr el control de la epidemia. Al alcanzar el 95-95-95, se espera que se reduzcan las nuevas infecciones por VIH y se mejore la calidad de vida de las personas afectadas.

El impacto de estas metas en las políticas públicas es significativo. Para lograr los objetivos establecidos, es necesario implementar políticas y programas que fomenten el diagnóstico temprano, el acceso al tratamiento y la adherencia al mismo. Esto implica invertir en sistemas de salud sólidos, capacitación de profesionales de la salud y educación sobre sexualidad e infecciones de transmisión sexual (incluido el VIH).

Además, es fundamental abordar los factores sociales y estructurales que contribuyen a la propagación del VIH, como la discriminación, el estigma y la falta de acceso a servicios de salud adecuados. Las políticas públicas deben garantizar la protección de los derechos humanos de las personas con VIH y abordar las desigualdades que existen en el acceso a la atención y el tratamiento.

En resumen, las metas internacionales de VIH, como las metas 95-95-95, son fundamentales para reducir la incidencia del VIH y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Estas metas tienen un impacto significativo en las políticas públicas, ya que requieren la implementación de políticas y programas que fomenten el diagnóstico temprano, el acceso al tratamiento y la adherencia al mismo. También es necesario abordar los factores sociales y estructurales que contribuyen a la propagación del VIH. Al trabajar juntos, podemos lograr un mundo libre de VIH.